Eutonía

Eutonía, escenario de un desplazamiento molecular silencioso

Lo molecular. La emancipación del tiempo. El tiempo en la eutonía. El tono y las fuerzas cautivas. El movimiento. Un núcleo de fuerzas que se multiplican: el diafragma. Respiración y eutonía. Otros abordajes. Una formación particular. Relaciones del diafragma. El paradigma estético.

Por Hugo César Perrone - Eutonista Diplomado
"Y os digo: es preciso tener todavía caos dentro de si para poder dar a luz una estrella danzarina:"
Nietzsche Así habló Zaratustra

La complejidad de elementos que surge en la enseñanza de la eutonía fue sugiriendo la necesidad de implementar una forma de transmitirla que sin rehusar la participación de lo apolíneo, evite que la presencia de este componente neutralice la riqueza del material dionisíaco que va apareciendo en el transcurso de la experiencia.

La ruptura parcial con los presupuestos que habitualmente guian el propósito terapéutico en la práctica, va a repercutir notoriamente en lo que se entiende globalmente por salud, o bien, por su opuesto: la enfermedad. La propuesta que formulo es un desarrollo del proceso de acompañamiento pedagógico atravesado por un devenir femenino, el que metafóricamente se refiere al aspecto dionisíaco que contempla y acepta los cambios o transformaciones a los que da lugar la experiencia corporal.

En la tradición occidental el cuerpo concebido como materia estuvo asociado a lo femenino y en consecuencia fue subvalorizado. Es este aspecto dionisíaco y su afinidad con lo femenino, que el mito de Dioniso expresa, el que deseo remarcar.

Aunque masculino y fálico, Dioniso representa una forma de conciencia que no está separada de su propia feminidad. En él, lo femenino no está agregado a lo masculino, su imagen representa más bien a una conciencia andrógina, que da cabida a ambos en una unión primordial.

Análogamente a lo que conocemos de los rituales dionisíacos, el cuerpo va a expresar los momentos de desmembramiento de la psique a través de una calidad de sensaciones que podrían poner en crisis la noción de identidad. Esta tratará en vano de evitar el resquebrajamiento de su centro aglutinante, y se verá llevada a ceder el paso a otros flujos de tonalidades no conocidas, surgidas de esa descomposición y de la disolución de las viejas pautas. Este proceso se desenvuelve dentro de un espacio- tiempo que va modulando el despliegue de nuevas sensaciones, precursoras caóticas de la formación de una suerte de membrana que irá extendiendo sus caras hacia el adentro y el afuera.

Podemos situar a esta fase como el momento del acontecimiento en el que la aparición del caos es un indicador de la forma en que un sistema se va alejando del equilibrio, para dejar paso a otro de una complejidad mayor. Por su parte, el par salud – enfermedad tiende a separar las cosas de tal modo que a nuestros alumnos en general les cuesta situarse por encima de esta oposición y comprender que precisamente, el único resguardo para no ayudar a perpetuar la temida enfermedad es aceptar las transformaciones, dejando libre flujo a todas estas nuevas melodías del paisaje corporal y emocional que acuden en los momentos de crisis.

Dicho en el lenguaje de la eutonía es la flexibilidad de tono la que hay que salvaguardar, pues lo que intenta detener el flujo que nos puede llevar a un estar diferente es la tendencia a querer restablecer un momento de nuestra vida que ya es pasado y que tiende a bloquear esta corriente dinámica.

Lo molecular

"Apolo se eleva ante mi como el genio del principio de individuación, único que puede realmente suscitar la felicidad liberadora en la apariencia transfigurada; mientras que, al grito de la alegría mística de Dioniso, el yugo de la individuación se rompe y se abre el camino hacia las causas generatrices del ser, hacia el fondo más secreto de las cosas." Nietzsche El origen de la tragedia

La práctica de la eutonía se halla en cierta forma constelada en una impronta rítmica que va modulando sus cadencias en y a través de la flexibilidad del tono con sus componentes neurológico y psicológico variando desde la pesadez hacia la ligereza.

La idea que orienta este escrito consiste en proponer que cuando exploramos la flexibilidad del tono, pasando de la levedad a la pesadez o viceversa, podemos intentar dejar que la atención, además de dirigirse a la región o segmento del cuerpo que en ese momento constituye el objeto de la clase, se demore en las transiciones de uno a otro estado, para registrar lo que sucede en ese entre.

Estos espacios, que son múltiples durante el desenvolvimiento del proceso de aprendizaje, encierran un potencial que puede dar lugar al surgimiento de una corriente de intensidades engendradas en la sensibilidad que, siguiendo a Gilles Deleuze llamaré moleculares (microscópicas) para diferenciarlas de las habituales, que en general son más de tipo macroscópico y están relacionadas con un centro organizador de la percepción o con un yo. Las intensidades surgidas de la sensación pueden hacer desvanecer provisoriamente la noción de sujeto y tornar posible a continuación la aparición de sucesos que podrán ser registrados, ahora, por un devenir microperceptivo que emerge al mismo tiempo que el campo de subjetivación.

La suspensión temporal del estado de conciencia en el que prevalecen el orden, las formas y las ideas claras (estado apolíneo) va a permitir habitar estos intersticios, plenos de pequeñas sensaciones aún no exploradas. Surge aquí el ámbito propicio para dejarnos atravesar por sus intensidades, esto es, por sus transformaciones en constante devenir.

Este es un encuentro con otros estados germinales que nos llevan a recrear nuevas formas de la velocidad y la lentitud, que no orbitan alrededor de un sujeto personal sino que transcurren, más bien, en lo que podemos designar como un campo de fuerzas.

La subjetivación en trance de ser explorada se presenta aquí como una lucha entre los distintos aspectos de la psique, que va a poner a la fuerza en relación con ella misma, en forma de fuerzas que dominan o son dominadas. Entre las fuerzas a las que me refiero se encuentran la voluntad, los afectos, el concebir, la imaginación, la conciencia.

La emancipación del tiempo
Estos aconteceres, sin embargo, forman parte de una corriente mayor que los sostiene y sin la cual no sería posible su aparición; me refiero al fluir del tiempo, que se halla inmediatamente implicado en todas nuestras vivencias.

Dado que es primordialmente la función del tiempo la que posibilita la fluctuación de intensidad a través de las variaciones del tono, cabe mencionar algunos de los rasgos que la caracterizan en la nueva concepción en la historia del pensamiento En la llamada revolución kantiana el tiempo deja de estar subordinado al movimiento cíclico como lo estaba en el pensamiento antiguo. Es el movimiento el que ahora se verá subordinado al tiempo. Así, aclara Gilles Deleuze:

"No es la sucesión lo que define el tiempo, sino el tiempo lo que define como sucesivas las partes del movimiento tal como están determinadas en él."(1)
La nueva visión que incorpora el pensamiento filosófico moderno acerca de esta noción que junto a la de espacio son decisivos en el campo de la subjetividad, es la del tiempo como afección pura de sí mismo. La filosofía kantiana lo considera como la estructura básica de la subjetividad, esto es, como la forma de la interioridad que va a constituir la esencia del concernirse a sí mismo.

El tiempo pasa a ser el que proporciona la forma en la que el ser humano es afectado interiormente por él mismo en un estado de pasividad, a través del cual es receptivo a su actividad mental como si procediera de Otro. De aquí se desprende también su relación con la capacidad interna de objetivar. Según Heidegger

"Como afección pura de sí mismo forma originariamente el 'ser sí mismo' finito de tal modo que el sí-mismo pueda ser conciencia de sí mismo."(2)

El tiempo en la eutonía, la forma de nuestro sentido íntimo Esta formidable reflexión sobre el tiempo, que imprime un giro decisivo al curso del pensamiento filosófico, nos va ser de utilidad para observar con una nueva lente lo que sucede, de manera análoga, en nuestra práctica durante los momentos de pasividad.

La pasividad supone el reposo del cuerpo en un estado de quietud receptiva, durante un lapso de desaceleración temporal. En esta situación empero, la actividad de la mente, a diferencia de la del cuerpo, es intensa. De esta manera la receptividad pasa a ser un modo de actividad respecto del estado de pasividad, mediante la cual es posible obtener y procesar todas las variaciones e intensidades de tono que atraviesan nuestro campo de subjetividad, que la mente recogerá a través de la percatación consciente del fluir de las sensaciones.

La subjetivación es un proceso de relación consigo mismo, que se manifiesta en forma de lucha y que tiene como fin poner a la fuerza en relación con ella misma. La lucha que se libra entre los diferentes aspectos de la psique tiene como objetivo capturar una fuerza para subyugarla. Esta lucha-entre afirma Deleuze

"...es el proceso mediante el cual una fuerza se enriquece, apoderándose de otras fuerzas y sumándose en un nuevo conjunto, en un devenir"(3)
En consecuencia las mencionadas fuerzas - entendimiento, querer, afectos-, pasibles de ser observadas, pueden también ser transmutadas o transformadas con la intención de obtener un mayor dominio sobre uno mismo. Me referiré, entonces, a una modulación de la flexibilidad tónica, abordable a partir de uno de los extremos de la escala, el de la pesadez por ejemplo, que permite observar si esta fase se halla relacionada con la reactividad de las fuerzas, que la filosofía nietzscheana tan agudamente describiera y considerara como la raíz de todas nuestras enfermedades.

El tono y las fuerzas cautivas
Para Nietzsche el cuerpo se hallaba definido por la relación entre las fuerzas dominantes y las fuerzas dominadas. A las primeras las llamaba activas calificándolas como afirmativas, mientras que a las segundas ,que consideraba negativas, las llamó reactivas.

Las fuerzas reactivas, que podrían ser relacionadas con lo que en eutonía llamamos tono bajo, nutren su poder retirándoselo, precisamente, a las fuerzas activas. Transmutarlas a través de variaciones tónicas de diferentes ritmos e intensidades hasta obtener un tono de mayor levedad permitiría su transformación, liberando las así llamadas fuerzas activas (afirmativas).

Llamamos dionisíaca precisamente a esta posibilidad y potencial de transformación con que contamos para plegar y activar las fuerzas.

La eutonía puede ser un excelente instrumento para ser utilizado como analizador de estos estados caósmicos que habitualmente (en parte por el paradigma cartesiano) consideramos como alejados de nuestro encuadre pedagógico. Sin embargo, se hallan inscriptos en el territorio del cuerpo, cuando este es concebido como un campo más amplio donde se ponen de manifiesto todas las fuerzas mencionadas.

Dichas fuerzas pueden así ser abordadas con el objetivo de rescatarlas de su cautividad para transmutarlas, esto es, para tratar de cambiar su signo o polaridad negativa por otra de signo afirmativo. De este modo estaríamos recogiendo activamente el legado de Gerda Alexander cuando afirmaba:

" Los estados y cambios emocionales, así como la angustia o la alegría, las diversas formas de excitación, el agotamiento físico y psíquico y las depresiones, están en íntima relación con el tono ... La flexibilidad del tono permite pasar por toda una escala de sentimientos humanos y volver al tono habitual."(4)
Por medio de una atención minuciosa podemos observar y luego actuar sobre las pautas corporales y las fijaciones del tono que aprisionan las fuerzas activas. Descomponiendo la alianza entre ellos con las fuerzas reactivas, podremos rescatar a las fuerzas activas de su cautividad.

El movimiento
El movimiento, claro está, tendremos que abordarlo a través de la aceleración y la lentitud Pero no sólo en lo que se refiere al contenido de la clase, sino también en lo que hace a su forma. Conviene entonces destacar, junto a la ya mencionada importancia de lo molecular, que el movimiento en sí mismo es menester observarlo entre la actividad microperceptiva - que ahora ha reemplazado al sujeto - y el objeto al que ella se dirige (región , espacio del cuerpo, etc.) Pues es entre ellos que lo imperceptible pasa a ser observado en su transformación; en la percatación consciente de la metamorfosis que se produce en el flujo de la corriente de sensaciónes.

En consecuencia, para mapear estas fuerzas es necesario tener en cuenta su devenir constante, lo cual requiere tener disponible un mapa flexible, esto es, que se vaya haciendo sincrónicamente con la aparición de las mismas. En cuanto a la forma de la clase, es necesario que esta contemple en el ritmo de las consignas los momentos de reposo y de velocidad que concentren intensivamente el o los flujos del tiempo, independientemente del contenido o del tema abordado.

Se ha de encontrar una forma de especialización temporal apropiada, que torne viable la experiencia de transformación de la persona - que sin saberlo aprisionó la vida en ciertas formas organizadas de su cuerpo-mente - para hacer posible su reencuentro con el cuerpo de afectos, de intensidades y de flujos liberados.

Se trata pues de dejar que un poco de caos atraviese los sedimentos acumulados y las formas organizadas que congelaron sus fuerzas activas para liberar nuevamente todo su poder y su vitalidad. Este poder de transformación es el poder dionisíaco que desmembra para reunificar en un renovado intento de la vida para escapar de aquello que la aprisiona. Quizás ampliando y sutilizando nuestro abordaje del cuerpo nos acerquemos al potencial humano, aún oculto para nosotros que las palabras de Zaratustra anunciaban

" Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido – llamase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo."(5)
Un núcleo de fuerzas que se multiplican: el diafragma
Me referiré ahora al diafragma como un territorio posible de convergencia, desmembramiento y reunificación de las fuerzas mencionadas.

Citaré algunos de los motivos que me condujeron a estas conclusiones:
•Es el músculo central de la respiración, que posee una singularidad especial por el lugar que ocupa separando a la cavidad torácica de la abdominal y por las múltiples conexiones que, derivadas de esa posición central, mantiene con el esqueleto y los órganos.

Este puede ser un espacio de observación privilegiado, pues aquí también concurren otras corrientes de energía (no es el único espacio, por supuesto) •Considero que es el lugar donde se encuentran las vías de acceso y de distribución de las fuerzas vitales de todo el organismo. Es un poderoso centro emocional y punto de equilibrio de los sistemas simpático y parasimpático. En fin, es una especie de puente donde se cruzan la mente y la vida entretejidas en un campo de corrientes emocionales.

•Según Mabel Todd el diafragma, por su ubicación, está relacionado con diversas partes del esqueleto y de las vísceras, motivo por el cual mantiene una doble relación con los ritmos orgánicos y esqueléticos, a los que afecta y por los que, a su vez, es afectado. En efecto, incide en el ritmo de las vísceras torácicas, y por su estimulación y presión sobre las vísceras abdominales, también en el ritmo digestivo. Al mismo tiempo, participa del ritmo esquelético por sus inserciones musculares.(6)

•Wilhelm Reich, que describe la coraza muscular en una disposición segmentada de siete anillos de tensión situados perpendicularmente al eje del cuerpo, denomina diafragmático al quinto segmento:

" El quinto segmento de la coraza es un anillo de contracción ubicado sobre el epigastrio, tomando el extremo inferior del esternón y siguiendo a lo largo de las costillas inferirores hasta llegar a las inserciones posteriores del diafragma, esto es, a la décima, undécima y duodécima vértebras torácicas. Abarca esencialmente el diafragma, estómago, plexo solar, páncreas, hígado y dos haces musculares siempre evidentes a lo largo de las vértebras torácicas inferiores."(7)
•Alexander Lowen al referirse a la ansiedad lo considera el músculo principal de la respiración, destacando que su acción se halla condicionada a la tensión emocional.

"Reacciona a las situaciones de temor contrayéndose. Cuando la contracción se hace crónica, se produce la predisposición a la ansiedad."(8)

David Boadella hace referencia a la garganta, la nuca y el diafragma como las tres principales articulaciones del cuerpo, que vinculan las regiones de la cabeza, la columna vertebral y los órganos internos. Y manifiesta que en la tercera, que vincula la columna vertebral y las vísceras del tronco, el eje mesodérmico y la energía endodérmica

" El puente es tendido por el diafragma, que es la bomba principal del cuerpo en la respiración."(9)
Más adelante va a señalar algo muy importante de este músculo impar y asimétrico; es en relación al esbozo del nervio frénico que lo conecta con el cuello.

" .. el diafragma se puede considerar el fondo del cuello, pues embriológicamente es allí donde se origina y crece hacia abajo durante el desarrollo fetal. El principal nervio frénico, que llega al diafragma, atraviesa la columna por la cuarta vértebra cervical -en el cuello-."(10)
Respiración y eutonía
En la práctica de la eutonía el tema de la respiración, que como hemos visto está unido principalmente al diafragma, es puesto de relieve por dos actitudes dominantes que presiden su enfoque. La primera se refiere a la observación, que es hacia donde se dirige principalmente la mirada del profesional, registrando las modificaciones involuntarias que se producen en la respiración de la persona; la segunda, casi un imperativo, es una actitud de no interferencia que va a constituir, además, un dispositivo de seguridad para el alumno.

Según Gerda Alexander basta con eliminar las fijaciones de tono muscular para actuar indirectamente sobre ella

" ... toda percepción consciente de una parte del cuerpo actúa no sólo sobre el tono, la circulación o el metabolismo, sino también sobre la respiración inconsciente habitual... [la que se encuentra inhibida] por tensiones que pueden situarse en el perineo, ingles, musculatura abdominal, diafragma, intercostales, hombros, nuca, manos pies, aparato digestivo y órganos genitales."(11)
Posteriormente en otro texto, cuando responde acerca del tratamiento eutónico y la conveniencia de comenzarlo desde los pies, va a considerar al diafragma y a la base de la pelvis desde un punto de vista más psicológico afirmando que

"... casi todas las personas neuróticas experimentan serias dificultades en la base de la pelvis, asociadas con bloqueos y tensión en el diafragma. Estos individuos, al ser tocados directamente en esas zonas, se ponen demasiado ansiosos, furiosos a veces; allí residen pues, a mi juicio, los mayores conflictos expresados por el cuerpo."(12)
Otros abordajes
•La importancia atribuida a la respiración en las doctrinas y prácticas orientales es suficientemente conocida, por lo que me limitaré a señalar la importancia concedida al momento de la espiración, fase respiratoria destacada, por ejemplo, en la disciplina del Zen Soto. Esta disciplina, cabe aclarar, que no trata de enseñar al discípulo a respirar sino de dejar que por medio de la búsqueda lo descubra por sí mismo en su propio cuerpo. Así T. Deshimaru nos advierte:

"Si os concentráis en la inspiración os debilitaréis. Cuando se llora se inspira. Cuando se es feliz, cuando se ríe, uno se concentra en la espiración. ... Concentraos sobre la espiración cuando estéis tristes u os sintáis débiles. Esto cambiará vuestro estado de espíritu."(13)
Me referiré, ahora, a otros aspectos derivados de enfoques procedentes de la tradición espiritual.
•El yoga denomina chakras (palabra sánscrita que significa rueda) a una serie de vórtices semejantes a ruedas que se encuentran en la superficie de lo que llaman doble etérico del ser humano que se proyectaría más allá del cuerpo físico.

El tercer chakra se halla localizado en plexo solar y se lo considera

"... íntimamente relacionado con sentimientos y emociones de diversa índole."(14)
•A la región que aloja al diafragma se la ha llamado "cerebro abdominal" y esta denominación surge de la importancia que se le asigna en relación con los ciclos del devenir cósmico. Se cree que en ella se halla impresa la memoria de los ciclos del pasado personal de esta y otras vidas, así como la de los ciclos por venir a los que el iniciado podrá acceder, una vez que su evolución le permita ajustar su conciencia en este nivel.

Esta visión nos conecta, entonces, con lo macrocósmico y nos lleva a pensar en la posibilidad de sintonizarnos con otras fuerzas de una calidad y potencial de diferente nivel , que sin embargo tienen su sede también en este lugar.

Una formación particular
Volviendo al microcosmos humano y a la posición del diafragma en él, conviene destacar dos cuestiones de suma importancia:

La primera de ellas relacionada con su origen embriológico - ya mencionado en la cita de Boadella - para agregar que la aponeurosis cervical profunda se continúa a través de una compleja red aponeurótica, fascial y ligamentaria que lo muestra como suspendido de la base del cráneo y de la columna cérvico dorsal hasta la parte alta del tórax. A esta sección cérvico torácica se la ha llamado "tendón del diafragma", porque presenta una cadena fascial muy consistente. Debajo del diafragma y prolongándolo, esta última se continúa en la voluminosa cadena fibrosa que fija los pilares a la columna lumbar, y a partir de sus inserciones y formaciones que permiten el pasaje del psoas y el cuadrado lumbar, la cadena fascial desciende lateralmente hacia la pelvis y los miembros inferiores

"La poderosa formación aponeurótica constituida por la aponeurosis del psoas y la fascia ilíaca se va a fijar, abajo, al ilíaco, a la aponeurosis femoral, al trocánter menor para reencontrar la aponeurosis femoral".(15)
Obsérvese que los pilares en su parte externa dan lugar a las formaciones mencionadas que permiten el pasaje de los músculos psoas y cuadrado lumbar. Este músculo, que ocupa una posición central en la eutonía y de cuya regulación tónica va a depender globalmente el equilibrio tónico del resto del cuerpo, ve afectado su tono por el del diafragma. Asimismo el psoas.

Relaciones del diafragma:
La segunda cuestión se refiere a sus relaciones y orificios:
Cara superior: a) con el corazón, a través del pericardio parietal que adhiere al folíolo anterior por los ligamenteos freno-pericardinos; b) con los espacios pneumo-pulmonares derecho e izquierdo.
Cara interna: Tapizada, en gran parte, por el peritoneo que se adhiere al centro frénico.
El hígado ocupa la parte interior de la cúpula derecha al que se halla unido por los ligamentos triangulares.
El estómago esta suspendido del diafragma por el ligamento gastrofrénico.
Se relaciona con el bazo por el ligamento freno-esplénico, y se liga al ángulo izquierdo del colon por el ligamento freno-cólico.
El diafragma tiene relación también con las glándulas suprarrenales, el páncreas y la extremidad superior de los riñones.

Orificios del diafragma:
Aórtico: asciende hasta D-12, y es un canal que posibilita el pasaje de la aorta y también el del canal torácico.
Esofágico: situado a nivel de D-10, permite el pasaje de los nervios neumogástricos y del esófago.
De la vena cava inferior: atraviesa el centro frénico entre el folíolo anterior y el derecho.


El paradigma estético
Hice referencia al comienzo de este tema a la doble relación que el diafragma mantiene con los ritmos orgánicos y esqueléticos y a su mutua afectación, a través de las múltiples conexiones que establece con las vísceras y el esqueleto. Las últimas precisiones anatómicas tratan de ayudar a comprender la importancia que se le asigna en este escrito.

Estos ritmos por cierto son una de las formas en que expresamos el tiempo a través de las ondas respiratorias que comunican la vida a cada una de las células de nuestro cuerpo mediante el flujo sanguíneo y la circulación. Cada uno de nosotros es una suerte de partitura tonal que también expresa a través de su singularidad las ondas vibratorias procedentes del espacio cósmico, que a modo de baño sonoro estimulan activa y permanentemente nuestra envoltura.

Encontrar el propio tono supone pasar, a través de la flexbilidad a la que nos invita la eutonía, "por toda una escala de sentimientos humanos". Tomar al diafragma como un lugar privilegiado invita a descubrir la impronta rítmico-emocional o la melodía personal que debe ser liberada de las fijaciones del tono en la región. Esto requiere transmutar las fuerzas de los afectos que se hallan plegadas en cada una de las vísceras, para encontrar el movimiento rítmico sostenido por las fuerzas afirmativas, que son destellos del tiempo que cavando en el sentido interior permite la expresión del ritmo respiratorio abierto a la levedad.

El diafragma concentra la mayoría de las vías que se hallan atravesadas por diferentes flujos sensitivos. Pareciera como si simultánea y sincrónicamente en un solo instante todo el paisaje corporal se expresara a sí mismo por intermedio de su impronta rítmica.

Cuando decimos que por medio de la eutonía se busca una "tonicidad armoniosamente equilibrada" estamos incluyendo o bien dando por supuesto la presencia de la tensión. Lo que indicamos por medio de la partícula griega "eu" como idea de algo armonioso puede, entonces, entenderse como la expresión de un equilibrio de fuerzas. Esta resonancia que remite al arte de los griegos nos puede llevar a pensar en la manifestación de una sensiblidad que busca la conciliación interior entre las diferentes fuerzas que nutren a las sensaciones.

Podemos suponer que el superhombre al que Nietzsche aludía - no el hombre superior que él se encargó de desmitificar en esa galería de personajes-máscaras que dramáticamente recorren el libro IV del Zaratustra - el nuevo hombre que veía asomar en el horizonte, podría tener su génesis a partir de este centro de conciencia.

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1 Gilles Deleuze Crítica y clínica, Anagrama, Barcelona, 1996, p. 46.
2 Heidegger, Martín, Kant y el problema de la metafísica, F.C.E., México, 1973.- p.160.-
3 Deleuze, Gilles op. cit. p. 184.-
4 Alexander, Gerda, La eutonía, Paidós, Bs.As., 1986, pp.25/26.-
5 Nietzsche, Friedrich, Así habló Zaratustra, Alianza, Bs. As., l993, p. 61.-
6 Todd, Mabel E. The thinking body, Princeton Book Company, U.S.A., 1937, pp.221/2.-
7 Reich, Wilhelm, Análisis del carácter, Paidós, Bs. As., 1975. p.
382.-
8 Lowen, Alexander, Bioenergética, Diana, México, 1978.-, p.120.-
9 Boadella, David, Corrientes de vida, Paidós, Bs. As., 1993.-, pp. 99/100.-
10 Boadella, David ibíd. p. 100.-
11 Alexander, Gerda, Eutonia, Paidós, Bs.As., 1986, pág.28.-
12 Gainza, Violeta H de, Conversaciones con Gerda Alexander, Paidós, Bs. As.,1985.-, pp. 78/9.-( La bastardilla es mía.)
13 Deshimaru, Taisen, Preguntas a un maestro Zen, Kairós, Barcelona, 1985, pp. 109/11.-
14 Leadbeater, C.W. Los Chakras, Teorema, Barcelona, 1983, p. 27.-
15 Souchard, Ph. E. La respiration. "Le Pousoe", Saint-Mont, 1987, p.18.-
16 Gerda Alexander.

HUGO CESAR PERRONE
Eutonista diplomado en la Primera Escuela de Eutonía en Latinoamérica, fundada y dirigida por la Dra. Berta Vishnivetz.

* El contenido de los artículos firmados es responsabilidad de sus autores

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